domingo, 16 de mayo de 2010

INTRODUCCION:

NADIE QUE HAYA PASADO LA FASE 8 PODRÁ VOLVER A BEBER NORMALMENTE
LA TABLA DE LA ALCOHOLOMANIA

Por el Dr. Jellinek



 
El mejor autodiagnóstico
¿ Hasta donde llego usted?

SE RECOMIENDA SU LECTURA A LOS MIEMBROS NUEVOS Y A TODAS LAS PERSONAS INTERESADAS
EN EL GRAVE PROBLEMA DEL ALCOHOLISMO.


ETAPAS DE LA ENFERMEDAD ALCOHÓLICA

ETAPAS DE LA ENFERMEDAD ALCOHÓLICA


El alcoholismo puede dividirse para su estudio en cuatro grandes
etapas:

I Etapa Pre-alcohólica
II Etapa Agravante
III Etapa Crítica
IV Etapa Crónica

Cada una de estas etapas está a su vez dividida en las distintas fases
que totalizan las 45 barras que pueden observarse en la siguiente figura.

I ETAPA PRE-ALCOHÓLICA

Cuando un individuo se inicia en la ingestión del alcohol, ni él mismo sabe si llegará a convertirse en alcohólico. Se calcula, según estudios
estadísticos, que casi el 5% de la población está en alguna etapa del
alcoholismo. Siguiendo el curso de las observaciones estadísticas sabemos que
de cada 100 bebedores corrientes, 5 se tornarán alcoholicos crónicos.

El primer contacto del futuro enfermo con el alcohol es el consumo
ocasional de alivio, o sea una afición en la que se considera a las bebidas
embriagantes como una droga tranquilizadora. El aficionado bebe unas
cuantas copas y se va a su hogar a descansar tranquilamente sin causar
molestias. Es un camino cómodo descubierto por él para extraerle a la vida
momentos de felicidad y recreo. Sin embargo, el uso constante del alcohol va
modificando el metabolismo químico del organismo y aumenta la tolerancia
para el mismo, o sea que el bebedor cada día acepta mayores cantidades de
licor y siente el mismo efecto que tiempos atrás le hacía una copita. Es en
esta fase que empieza a compararse él mismo con otros bebedores más
débiles que se emborrachan con menos copas que él. Se extraña de necesitar
mayor cantidad de alcohol para llegar a la embriaguez y está convencido que
cada día está aprendiendo más a beber bien.

II ETAPA AGRAVANTE

Esta etapa es puramente sintomática y es el inicio de la carrera
alcohólica.


FASE 1 LAGUNAS MENTALES
Recuerdos borrosos o nulos después de una borrachera; el individuo
no puede reconstruir exactamente lo que ha sucedido en un periodo de
borrachera. Las lagunas mentales son el primer indicio de los graves
problemas que se le avecinan al bebedor que la padece.
En muchas ocasiones, el individuo puede cometer actos antisociales e
incluso matar a alguien durante estas lagunas mentales, sin darse cuenta;
aquello queda olvidado en la más completa amnesia. Incluso puede aparentar
en el momento de sufrir estas lagunas, la más completa lucidez y control de
sus movimientos y ademanes.
¿A qué de deben las lagunas mentales?
Todavía es un misterio el por qué las lagunas mentales no ocurren en
todas las personas que beben; sólo le ocurren a algunos y, en estos, es el
preludio al alcoholismo.
El alcohol circula en el torrente sanguíneo y produce una disminución
en el oxigeno de la sangre que se reparte por el cuerpo y esta deficiencia
momentánea ataca precisamente la corteza cerebral y la priva e alimentación
causando interrupciones en el funcionamiento del consciente mientras dure la
falta de oxigeno a determinadas regiones cerebrales. Esta interrupción del
consciente puede ir desde pocos segundos hasta horas o días, según la
gravedad del caso. El individuo puede seguir actuando con aparente
normalidad y desenvoltura pero sus movimientos son automáticos y no se
registran en el cerebro; el individuo no recuerda ni lo que habla, ni lo que ve,
ni lo que oye. Valga la pena repetirlo; en casos extremos, estas lagunas
mentales con los recuerdos en blanco, pueden prolongarse por días enteros.
Cuando estas lagunas son frecuentes y de larga duración, llegan a
producir deterioros irreparables en el tejido nervioso, lo cual ha sido
comprobado en autopsias de personas que han fallecido por causas de
alcoholismo crónico. Su cerebro se ha encontrado hinchado y con las
ramificaciones y surcos cerebrales deformes.
Las lagunas mentales producen muerte de neuronas cerebrales,
muertes que se multiplican por el efecto acumulativo de la toxicidad del
alcohol absorbido por las células, las fatigas causadas por el desvelo, a falta
de alimentación adecuada, las pastillas para dormir o calmarse, etc.


FASE 2 CONSUMO A ESCONDIDAS
Al principio de su carrera el alcohólico trata de ocultar ante las
demás personas que él bebe más de lo normal. Pero ante el irresistible deseo
de beber tiene que hacerlo a escondidas cuando va a una fiesta, reunión
social, etc. Se da cuenta el alcohólico que si bebiera descaradamente las
otras personas no comprenderían que él se siente diferente a los otros debido
a que el alcohol empieza a serle un artículo de primera necesidad. En su fuero
interno sabe que todavía no es un borracho descarado, pero se alarma ante la
demanda alcohólica que le hace su organismo.


FASE 3 PREOCUPACIÓN POREL ALCOHOL
Se preocupa por las fiestas a las que está invitado dentro de quince
días; piensa en lo alegre que estará rodeado de sus amigos ingiriendo licor. Se
preocupa, por ejemplo, del bautismo de su hijo y de que probablemente no
tenga el dinero suficiente para comprar grandes cantidades de licor y
celebrarlo dignamente.
Se preocupa de la fiesta de esta noche, donde se enteró se servirá
poco licor y por eso se previene tomándose unas cuantas copas antes y así
por el estilo podríamos multiplicar los ejemplos.


FASE 4 EL CONSUMO ÁVIDO
La sed por el alcohol va aumentando y se le hace imperativo tomarse
de un solo impulso la primera copa, que empieza con frecuencia a ser un
trago doble para despertar el calor físico y estimular el termómetro
emocional de la alegría. Después de este consumo ávido puede disminuir el
tamaño de los tragos pero no su deseo de ingerir más.

FASE 5 SENSACIÓN DE CULPABILIDAD POR SU
COMPORTAMIENTO DE BEBEDOR
Se comienza a dar cuenta vagamente de que bebe más de lo corriente
y que su vida moral, ante sus propios ojos, está bajando de precio. Surgen los
primeros desarreglos en el hogar y el resultado problemático de las primeras
faltas cometidas; todo ello se ahonda en su sique y empieza a sentirse
culpable y con pena y molestia interna. Pronto descubre que todos estos
conflictos internos los silencia y ahoga, aunque temporalmente, el alcohol.


FASE 6 EVITAR TODA REFERENCIA AL ALCOHOL
No le gusta que le llamen alcohólico o borracho, porque lo toma
como insulto. Si los familiares y amigos en sus pláticas cotidianas se refieren a
la conducta desordenada de los alcoholicos en general, prefiere no oírlos
porque piensa que lo hacen por referirse a él de una manera indirecta. Si se le
ataca directamente, responde en forma evasiva, que él no tiene problemas
con la bebida y que se comporta como lo haría cualquier bebedor social con la
única finalidad de disfrutar de un momento de alegría.


FASE 7 FRECUENCIA DE LAS LAGUNAS MENTALES
Ya al final de la etapa agravante, se advierte una frecuencia mayor
de esas lagunas mentales, pues el alcohol empieza a deteriorar de manera
apreciable el sistema nervioso. El modo de beber es fuerte, pero no es
alarmante, el alcohólico disimula bien su afición y la encubre hasta donde le
es posible pues la compulsión aún no se ha desarrollado mucho y es factible
que el enfermo pueda ser encauzado a través de una campaña preventiva
contra el alcoholismo. El los Estados Unidos se hace una intensiva divulgación
de los síntomas de la fase agravante del alcoholismo entre la juventud, y se
ha observado la afluencia de muchos jóvenes a los centros de tratamiento o a
los grupos de A.A.
El joven que a estas tempranas alturas entiende que es un
alcohólico, puede decidirse por su propia voluntad a no beber más pues
aunque el alcohol puede ser un vehículo de relación social para otras
personas, para él es un veneno que despierta en su organismo la compulsión
física por ingerir y la obsesión mental por seguir tomando.
Esta fase agravante puede durar desde varios meses hasta varios años
según la constitución física y la preparación cultural del afectado pues las
relaciones sociales y la personalidad ética del enfermo contribuyen a que se
alargue esta etapa. Sin embargo, se han visto infinidad de casos en los que el
enfermo no pasa por la Etapa Agravante sino que desde la primera vez que
prueba el alcohol entre la Etapa Crítica; estos casos a que hacemos
referencia, indudablemente no ofrecen ninguna resistencia física al desarrollo
de la enfermedad y entran de lleno en el calvario alcohólico.

III ETAPA CRÍTICA

En esta etapa se desarrolla la enfermedad propiamente dicha, una

vez cae el alcohólico en su curso y no hace nada por liberarse no se detiene
hasta llegar la destrucción. Se inicia con la necesidad de beber más de una
copa.


FASE 8 PERDIDA DE CONTROL
Una vez que el alcohólico bebe una pequeña cantidad de alcohol, por
ejemplo un trago mixto o un vaso de cerveza o de vino, se despierta en él una
apremiante necesidad de beber, la cual lo lleva a embriagarse
completamente, contrario alo que sería la conducta de un bebedor social que
solamente busca una copa para sentirse alegre con sus amigos o para disfrutar
de un aperitivo.
La perdida de control puede despertarse no por iniciativa del bebedor
sino, incluso, por una invitación inesperada que reciba de un amigo u otra
oportunidad para bebidas no programada por él mismo.
Ya cuando se ha recuperado de la borrachera, no es la pérdida de
control por sí misma la que lo hace volver a beber, sino la susceptibilidad
emocional que hablamos antes; el individuo empieza a darse cuenta que
necesita la droga del alcohol para calmar sus conflictos internos y al tomarla
ya no la puede manejar porque se inicia otro periodo de embriaguez. Se da
cuenta con tristeza de que su fuerza de voluntad es insuficiente para dominar
el alcohol y le entra duda de si en verdad está dominado por el alcohol o se
debió solamente a un descuido. Aquí empieza una serie interminable de
pruebas que siempre terminan en una total embriaguez; el asunto de la fuerza
de voluntad adquiere suma importancia para él y cuando surge alguna tensión
emocional bebe una copa abrigando la esperanza de no pasar de allí pero,
tarde o temprano, se da cuenta que esa singular copa es sólo el preludio de
un nuevo periodo de embriaguez; finalmente se da por enterado de que su
fuerza de voluntad se ha esfumado como por encanto y se dispone a
recuperarla pero haciendo uso del alcohol iniciando así otra cadena de
borracheras para demostrarse a sí mismo que es dueño de su voluntad. El
enfermo no se percata que la fuerza de voluntad no la ha perdido para otras
cosas de la vida cotidiana, pero que para dominar el alcohol definitivamente
sí, y allí está el problema que lo seguirá mortificando en lo sucesivo.


FASE 9 RACIONALIZAR EL COMPORTAMIENTO BEBEDOR
Racionalizar quiere decir convertir los pretextos en razones lógicas
para justificar cada una de sus recaídas en el alcohol; al principio le es fácil
porque las bebetorias no son frecuentes e incluso él mismo llega a creer las
razones que tiene, pero al transcurrir del tiempo tiene que inventar mentiras
para justificar su conducta de bebedor ante los demás y él se da cuenta de
que está mintiendo. Las personas de su medio social se desconciertan y le
creen muchas veces; esto le da seguridad para seguir mintiendo y creerse él
mismo sus propias mentiras.


FASE 10 PRESIONES SOCIALES
Es evidente que su conducta ya es objeto de recriminaciones en el
hogar, comentarios y reproches de parte de los amigos y llamadas de atención
de los jefes y patrones en el trabajo. Ante este acosamiento o presión social,
el enfermo acentúa sus racionalizaciones poniéndose a sí mismo toda clase de
excusas con las cuales trata de sacar a flote su personalidad.


FASE 11 ILUSIOES DE GRANDEZA
Se empieza a dar cuenta de que ya es menos apreciado, y que sus
familiares no le creen cuando él dice o promete algo. En el trabajo no lo
ascienden ni lo suben de categoría; más bien consideran un favor el dejarlo
donde está y no correrlo a la calle. Sus amigos empiezan a hablar mal de su
comportamiento desviado, etc. Todas estas actitudes negativas de los demás
lo hacen adoptar un mecanismo compensatorio defensivo que consiste en una
actitud fanfarrona respecto a sus posibilidades sociales y económicas, así
como de su capacidad para desempeñar su profesión u oficio. Si es carpintero,
se cree que hace los mejores muebles del mundo; si su profesión es médico,
llega a creerse él mismo que no hay nadie que se le iguale en diagnósticos y
tratamientos, etc.


FASE 12 CONDUCTA MARCADAMENTE HOSTIL
Sus razonamientos lo inducen a pensar que el resultado de su
conducta no es culpa de él sino de los demás y ello lo hace alejarse
paulatinamente del medio social donde se desenvolvía y a presentar como
defensa a su personalidad en peligro una conducta agresiva como uno de sus
últimos cartuchos; conducta parecida a la de un tigre acorralado cuando ve
que es impotente ante sus enemigos. Esta conducta puede ser de desprecio o
de agresión directa, según sea el tipo temperamental del alcohólico.


FASE 13 REMORDIMIENTOS PERSISTENTES
Se da cuenta el alcohólico que su conducta ha cambiado
ostensiblemente comparándola con el pasado y que su potencial energético,
físico y mental va en bancarrota hacia la disipación y el desprecio, esto,
naturalmente, son secretos internos que le producen remordimientos
persistentes que lo hacen reflexionar positivamente, haciendo probablemente
un postrer examen de conciencia. Más tarde, esa conciencia, aunque la tenga,
no le servirá de nada.


FASE 14 PERIODOS DE ABSTINENCIA TOTAL
El remordimiento y las presiones sociales lo hacen reaccionar diciendo
que va demostrar que tiene fuerza de voluntad y entonces deja de beber
durante cortos o largos períodos, pero tarde o temprano vuelve a caer en
manos de su amo, el alcohol. En el remoto caso de que lograra conservar su
abstinencia, su vida emocional se convertiría en un infierno, debido a que las
tensiones no tienen ningún escape porque el enfermo usa el mecanismo de la
represión y este mecanismo puede dar origen a trastornos emocionales y
enfermedades de origen inexplicable; va donde un médico general y dicho
profesional nunca acierta con su padecimiento. El alcohólico es víctima de
deformaciones síquicas causadas por tensiones emocionales reprimidas.


FASE 15 MODIFICA SUS HÁBITOS DE BEBER
Se da cuenta de que es imposible prescindir del alcohol y empieza a
formarse la idea de que su fracaso en la bebida se debe a que ha usado las
marcas de licor equivocadas y empieza de nuevo a experimentar; que cerveza
nacional o que cerveza extranjera; que tequila amarillo, que tequila blanco;
que Scotch caro, que Scotch barato; que licor de 65 grados oque de 90, etc.
Pero experimentos todos que, tarde o temprano, terminan en la embriaguez.
Después cree que es lo inoportuno de la hora, lo culpable de no poder
controlarse y dice por ejemplo que como aperitivo es bueno un traguito
porque al comer desparece la tentación, oque al acostarse es medicinal otro
traguito porque quita el insomnio y calma los nervios. El resultado de estos
nuevos experimentos no se deja esperar; termina en borracheras. Así el
alcohólico en cuanto más dañado de la mente se encuentra, más pretextos
encontrará con el fin de tratar infructuosamente de controlar su manera de
beber. Insiste en tratar de asegurarse a sí mismo de que aún es dueño de su
libre albedrío, de que aún le sirve para algo su fuerza de voluntad; lejos está
de darse cuenta de que a estas alturas el alcohólico sólo responde a los
dictados de su enfermedad.


FASE 16 ABANDONO DE AMISTADES
Su esfuerzo por dominar el hábito del alcohol aumenta su agresividad
y no es él quien toma la iniciativa para abandonar a sus amigos, sino que son
ellos los que casi siempre rehuyen su presencia. El enfermo empieza a
hacerse la pregunta de si el trago estará interfiriendo con sus amigos y sus
actividades.
El sujeto se encuentra acosado por sus problemas familiares, sociales
y de trabajo y descubre que el uso incontrolado que hace de las bebidas
embriagantes interfiere con el curso normal de sus actividades pero a la vez él
sabe que no puede prescindir del alcohol, trata de controlarlo y es posible que
lo consiga por algún tiempo, a veces largo (FASE 14), pero con el transcurrir
inexorable del tiempo la enfermedad avanza y llega el momento en que le es
imposible no sólo controlar el alcohol sino alejarse de él (FASE 18). Se
aprietan cada vez más los tentáculos de ese abrazo mortal con las bebidas
embriagantes.


FASE 17 PÉRDIDA DEL EMPLEO
El alcohólico ve con evidencia que su manera de beber afecta sus
actividades cuando sus jefes o patrones lo obligan a presentar su renuncia por
irresponsabilidades en el trabajo y en los casos extremos el enfermo es
despedido de su cargo sin consideración alguna. Estas experiencias funestas
van creando más sentimientos de angustia e inferioridad en la mente ansiosa
del sujeto lo cual, a su vez, prolongando el círculo vicioso, lo incitan más a la
bebida.


FASE 18 SUBORDINACIÓN COMPLETA AL ALCOHOL
Llega el momento en que es imposible concebir la vida sin alcohol. Se
establece entonces una completa y enfermiza dependencia emocional hacía el
alcohol. Ya el enfermo no se pregunta ¿cómo afecta la bebida mis actividades
diarias? Sino ¿cómo afectan mis actividades diarias la bebida?
Es decir lo contrario de lo que significa responsabilidad, al pronunciar
cuando se encuentra en la mesa de una cantina: lástima que tengo que ir a
trabajar. Lo que quisiera es pasarme toda la vida bebiendo.
El alcohólico a través de todas las fases de la alcoholemia va
considerando cada vez más que el trabajo, los estudios, el deporte, la familia
o las diversiones constituyen un estorbo a su placer obligado de mantenerse
borracho. Poco a poco va entregándose más al alcohol hasta convertirse en su
esclavo como lo vamos a ver en la fase crónica de esta descripción.


FASE 19 APATÍA HACIA OTROS INTERESES EXTERIORES
Pierde interés por lo que antes le causaba distracción como practicar
un deporte o ir al estadio a ver jugar su equipo favorito. Renuncia a las
actividades filantrópicas, culturales, literarias o científicas a que pertenece
por considerar que absorben mucho de su tiempo, para dedicarse a su
diversión principal, el alcohol. Como puede verse, a medida que avanza la
enfermedad va ocupando cada vez más la atención del enfermo hasta que lo
entretiene completamente.
Se dice que la enfermedad alcohólica es incurable, progresiva e
insidiosa, por las siguientes razones:

ES INCURABLE, porque hasta la fecha no conocemos ningún
alcohólico que pueda volver a beber normalmente; se entiende que se
considera alcohólico a quien haya alcanzado por lo menos la fase 8 de la
tabla, pérdida de control.

ES PROGRESIVA, porque hasta la fecha no sabemos de ningún
alcohólico que habiendo alcanzado cierta fase de la tabla, se estacione en
ella y diga de aquí no paso y lo cumpla bebiendo.

ES INSIDIOSA, porque teniendo el enfermo una atracción orgánica y
física por el alcohol, en el momento más inoportuno puede volver a beber
aún cuando se haya hecho el propósito firme de no hacerlo. Está demostrado
que casi la totalidad de los alcohóicos necesitan ayuda externa para obtener
resultados en sus buenos propósitos.


FASE 20 NUEVA INTERPRETACIÓN DE SUS RELACIONES
INTERPERSONALES
Antes de ser problema alcohólico conservaba relaciones cordiales y
amistosas con toda clase de personas, pero llegado este punto comienza a
discriminar y establece casi un divorcio con la sociedad de personas que no
beben, y comienza a rodearse de amigos que comparten su afición por el
alcohol, en su afán inconsciente de aislarse va considerando la gente normal
como elemento de choque a la satisfacción de sus tendencias alcohólicas, se
siente criticado y amonestado aunque no sea así, hasta tornarse en un
individuo hosco y huraño en sus relaciones sociales y laborales. Esta fase es el
síntoma inicial de lo que más tarde será un total divorcio con la sociedad.


FASE 21 MARCADA CONMISERACIÓN DE SÍ MISMO
Conmiseración significa sentir lástima de sí mismo, y eso le sucede a
nuestro enfermo de tanto sufrir frustraciones y hostilidades del medio
ambiente. Llega a tanto su estado que empieza a considerarse un
desgraciado, sufre humillaciones en su trabajo, dentro de su círculo social y
familiar, y en parte de sus amigos que él aún considera sinceros; su estado de
salud en la mayoría de los casos es precario, todo ello viene a sumarse de
golpe y por ello siente lástima de sí mismo y vive en un constante lamento
que indudablemente lo hace desembocar en el alcohol. Todos conocemos
casos de muchos alcoholicos que rompen a llorar amargamente cuando están
con sus copas, el alcohol libera sus inhibiciones manifestándose el llanto que
en estado de abstinencia no se produciría.


FASE 22 FUGAS GEOGRÁFICAS
Llega el momento en que se siente acosado dentro de su círculo social
y hace suyo aquel refrán que dice que nadie es perfecto en su tierra. Planea
una fuga geográfica y cree que con cambiar de ambiente en otra ciudad o país
donde no le conozcan, su vida será distinta y podrá dejar de beber
recuperando el prestigio perdido.
Piensa que debe de tomar esta medida audaz para resolver de una
vez por todas el problema. Puede irse de su país natal e incluso triunfar, pero
tarde o temprano, lo insidioso de su enfermedad lo hará recaer y recuperará
el desprestigio que según él había dejado enterrado en su propio terruño.
Estas fugas geográficas pueden multiplicarse pero, desafortunadamente, el
resultado es el mismo: rotundos fracasos.


FASE 23 CAMBIO EN LAS COSTUMBRES FAMILIARES
La familia del alcohólico que, probablemente antes de ser un
problema el enfermo, llevaba una vida social activa, empieza ahora a aislarse
debido al bochorno y la vergüenza de tener un familiar que, según ellos, es un
vicioso degenerado que por voluntad propia y por gusto particular se está
conduciendo al abismo. Otros casos, por el contrario, son de familias que
antes preferían llevar una vida retraída, pero evadiendo los momentos
dolorosos que se producen en el seno de un hogar alcohólico, prefieren iniciar
una vida social activa.
La más sorprendente conclusión de esta fase es la siguiente: la
familia del alcohólico sufre el mismo alcoholismo que el enfermo. Aún sin
beberse un trago, la familia desarrolla los mismos defectos de carácter, los
mismos resentimientos y estados de conmiseración. Lo único que le falta para
completar el cuadro es el alcohol, y algunas veces lo tienen.
El constante estado de martirio en que mantiene a su familia durante
años, puede desencadenar en ellos enfermedades de origen sicosomáticas,
por ejemplo, la alta tensión arterial, la artritis, reumatismo e incluso la
diabetes.
Los niños hijos de alcohólicos, de por sí, son irritables. Se les
desarrolla una neurosis infantil la cual puede manifestarse por neurosis
nocturnas como orinarse en la cama, mala conducta en el hogar y en la
escuela, retraso escolar, etc.
Aunque haya dejado de beber, la situación del hogar de un alcohólico
es muy difícil y lo más probable es que necesite orientación.


FASE 24 RESENTIMIENTOS IRRAZONABLES
La conmiseración de sí mismo, avanza hasta convertirse en
resentimiento, o sea un estado que se designa como la cúspide de la
enfermedad moral. Resentir, como su significado lo indica, es volver a vivir
las injurias recibidas y, en general, desencadena una infección espiritual
donde los microbios son las emociones reprimidas. El YO se encuentra
indefenso y puede llegar a destruirse completamente, exhibiendo el individuo
afectado un deterioro moral marcado, muchas veces irreparable. A estas
alturas hay fuertes complejos, arraigados como tumores espirituales malignos,
y una consciencia derrotista que hacen aparecer al alcohólico como un real
deshecho físico, mental y espiritual. Ahora tiene envenenada el alma, llena
de odio, rencor, envidia y perfidia. No puede perdonar y no quiere tampoco,
porque ha empezado a desintegrarse moralmente y desea inconscientemente
alcanzar la máxima destrucción.


FASE 25 PROTECCIÓN DE SU ABASTECIMIENTO
Su constante preocupación por no encontrarse desprovisto de su dosis
necesaria, lo hace esconder provisiones de licor en los lugares menos
esperados, lugares apartados de su casa, jardín, empleo, etc. Y así en el
momento en que le apremie la compulsión por beber no sufre las
consecuencias de la cruda.


FASE 26 DESCUIDO DE LA ALIMENTACIÓN
El consumo constante de alcohol va produciendo una irritación de las
paredes gástricas lo que a la larga trae la falta de apetito. Ahora va a
necesitar un aperitivo para comer bien, y con el tiempo con sus continuas
bebetorias va a olvidar sus horas reglamentarias de alimentación o va a
establecer un desorden en las mismas. Llega el momento en que esta falta de
alimentación le puede producir trastornos por carencia de vitaminas o por
debilidad general. El organismo se va minando, iniciando así la aparición de
enfermedades graves.


FASE 27 PRIMERA HOSPITALIZACIÓN
Debido al constante consumo de alcohol, el enfermo puede llegar a
requerir los auxilios médicos. No es necesario que el alcohólico sea internado
en un hospital o casa de salud, para que se cumpla esta fase de la tabla.
La reclusión hospitalaria puede llevarse a cabo en su propia casa de
habitación. El motivo de esta hospitalización puede incluir desde la simple
intoxicación hasta la más grave de las enfermedades físicas o mentales
desencadenadas por el alcohol. Conforme las recaídas van sucediéndose, las
hospitalizaciones o tratamientos médicos particulares se hacen necesarios con
mayor regularidad.


FASE 28 DISMINUCIÓN DEL IMPILSO SEXUAL
Uno de los primeros síntomas de debilidad orgánica es la disminución
del impulso sexual, la cual se da en una forma completa, en alrededor de la
mitad de los casos.
Es oportuno indicar que el alcohol produce una acción destructora
sobre las células germinales y en muchos casos produce esterilidad. Entre los
consejos que dan los profesionales podemos adelantar el siguiente:
Para concebir un hijo, ni aún las personas no alcohólicas deben de
excederse en el uso del licor pues los espermatozoides son muy susceptibles a
la acción del alcohol y a la hora de fecundar el óvulo femenino se pueden
encontrar en una condición débil e insana, de ahí las serias taras hereditarias
en algunas generaciones de alcohólicos.


FASE 29 CELOTIPIA ALCOHÓLICA
Ya sea la impotencia sexual, o la constante desavenencia en el hogar,
predispone al enfermo a creer que su compañero de vida le está siendo
infiel, desencadenando así celos infundados la mayor parte de las veces, en
ocasiones originando serias tragedias pasionales, siendo estas de mayores
proporciones si ya el alcohólico padece de crisis alucinantes. Los celos se
apoderan de su mente como idea obsesiva, bebe más, complicando así la
posibilidad de un buen entendimiento con su cónyuge.


FASE 30 BEBIDA REGULAR MATUTINA
El terrible estado de ansiedad, el malestar físico, las crudas, los
temblores y la inseguridad síquica, hacen imposible que el alcohólico
empiece el día sin el auxilio de la primera copa al levantarse.
Esta fase señala el final de la etapa crítica y es el preludio de la
etapa crónica.
La bebida empieza al levantarse. El enfermo aún trata de no
desatender sus obligaciones laborales y con el auxilio de ese trago soporta
más o menos las primeras horas del día, necesitando a intervalos otras dosis
de sostenimiento hasta que llega la hora de concluir sus labores y poder
intensificar la borrachera durante la noche y así seguir con la cadena
interminable de tragos.
La duración de este período de la alcolomanía depende de la
constitución física del enfermo o de su grado de cultura o formación ética. El
trata por todos los medios posibles por no llegar a la ruina y se sobrepone por
cortos períodos para no caer en el desprestigio social; no obstante su lucha,
sus resistencias sucumben ante la compulsión física y la obsesión por la
bebida: la enfermedad sigue su marcha.

IV ETAPA CRÓNICA

Con la bebida regular matutina va adquiriendo la necesidad cada vez
más apremiante por el alcohol para calmar sus tensiones emocionales y va
necesitando constantemente su auxilio como droga. Lo que ahora empieza a
ser más necesidad que hábito se vuelve constante y entramos ya en la etapa
crónica o sea la bebedera continua en una carrera desembocada al desastre
que se mantiene en marcha inercia.

FASE 31 PERIODO DE EMBRIAGUEZ PROLONGADA
La ingestión constante de alcohol debilita su capacidad física y de una
vez por todas se encuentra bebiendo sin interrupción; se le ve por las cales a
todas horas; con ese sistema de beber es difícil que pueda sostener su empleo
por mucho tiempo y es despedido definitivamente de su trabajo, y si había
logrado conservarlo hasta ahora era por excesiva tolerancia de sus jefes o por
muy buena salud física del enferm@ alcohólic@ que le permitió resistir por
largo tiempo los embates del alcohol antes de destruirse; a través de estos
periodos va perdiendo sus salud física y mental, su poco prestigio laboral y el
decoro social. Económicamente la mayoría llegan a la quiebra, incluso os que
poseen algo de dinero, y se ven forzados a implorar la bondad de los amigos y
en último caso la caridad pública; la familia ha llegado a tal grado de
desesperación, que es muy difícil que los toleren, casi siempre se oyen
expresiones refiriéndose a él como la oveja negra, y se resignan a perderlos
en los laberintos callejeros y llegan, con el tiempo a negar todo parentesco
con él por considerar bochornoso que un miembro de la familia haya caído tan
bajo.
Este divorcio completo con la sociedad, desde luego, le hace buscar
más el alcohol para mitigar su miseria física, mental, social y espiritual.



FASE 32 DETERIORO ETICO MARCADO
Estas experiencias han derrumbado su moral de tal forma que lo
hacen olvidarse de todo y andar por el mundo exhibiendo su miseria, se niega
a sí mismo, ni él cree lo que es ahora: un real bagazo humano, que en sus
pocos momentos de lucidez se remonta al pasado de lo que fue, de lo que
pudo haber sido y de lo que nunca ya será, acosado por el estupor alcohólico
en que vive.
En algunos casos ya no le importan los medios para conseguir dinero
para consumir alcohol, lo que le interesa es embriagarse, vivir de la fantasía y
olvidarse del presente. Ya no desea reincorporarse a la vida social, porque
todo lo cree perdido. El odio, la envidia, la ira y el resentimiento
entenebrecen su espíritu y lo hacen hundirse más en su flaqueza moral.


FASE 33 DISMINUCIÓN DE LAS CAPACIDADES MENTALES
El excesivo uso del alcohol durante largos años ha producido estados
constantes de intoxicación en el cerebro. Las neuronas son las únicas células
del organismo que no se reproducen. A causa de la intoxicación del alcohol,
mueren por millares, lo que explica entonces como el cerebro del alcohólico
se va deteriorando. Su concentración, atención, memoria, juicio y raciocinio
disminuyen y se va apoderando de él una constante fatiga mental, son ahora
muy pocos los chispazos de lucidez que tiene, casi siempre bajo el estímulo
del mismo alcohol. De aquí en adelante su sistema nervioso en general irá en
completa decadencia.


FASE 34 SICOSIS ALCOHÓLICAS
SICOSIS: Significa desorden mental en grado extremo o patológico;
prácticamente es un divorcio completo con la realidad ambiental, el
pensamiento y la acción pierden su hilo normal y se amoldan a un cuadro
clínico patológico de acuerdo con el tipo de sicosis.

DEMENCIA: Es la total ruina síquica. Todas las sicosis llevan a la
demencia.

LAS SICOSIS ALCOHÓLICAS
Son aquellas que se originan debido al uso excesivo del alcohol, es decir, el
alcohol es un elemento físico determinante pero desde luego, hemos
comprendido que la verdadera causa no se encuentra en el veneno mismo, sino
en la personalidad de quien lo bebe.
Todo alcohóic@ es presa de una ansiedad que crece hasta convertirse en
angustia impotente ante un peligro real o ficticio. La ansiedad y angustia no son
más que situaciones originadas por sus propios conflictos internos y frustraciones
con el medio ambiente.
El alcohol alivia la angustia, estimula los sentidos, disminuye la fatiga y a
medida que se bebe produce una sensación de seguridad y autosuficiencia, se
olvida el pasado y se ve con ojos soñadores hacia el futuro, mientras el presente
es color de rosa; pero como sucede en los castillos de naipes, el ilusionismo se
rompe y vuelve la triste realidad a reaparecer con otros agravantes más, y para
borrar esto…sigue la cadena de engaños a sí mismo durante el alcoholismo
crónico.
En los círculos científicos todavía hay desorientación respecto al origen de la
enfermedad alcohólica, y también acerca del origen de la sicosis, sin embargo, si
se ha comprobado que el diez por ciento de alcohólicos mueren en un hospital
de enfermos mentales, víctimas de alguna de las 8 sicosis más comunes en los
alcohólicos, y otro porcentaje elevado, 15%, se hacen acreedores a trastornos
nerviosos sin llegar a la sicosis.
Lo cierto es que el alcohólico se caracteriza por una angustia y preocupación
significativamente elevadas unidas a una tolerancia muy baja a las presiones de
la vida. Su angustia parece resultar de la pérdida de control en las situaciones
agudas de tensión que no puede soportar y de las que intenta escapar
inmediatamente.

Conforme los mecanismos defensivos sicológicos del alcohólico se debilitan y
la tensión de sus conflictos o de la realidad aumenta, pueden aparecer signos
muy acentuados de angustia. Es por eso que cuando no ha bebido, el alcohólico
está inquieto e irritable, aprensivo, triste o deprimido y cuando la angustia se
desvanece y los impulsos reprimidos se liberan bajo los efectos del alcohol,
aparece una tonalidad efectiva eufórica, un sentimiento de autoconfianza y
despreocupación por sus responsabilidades, una tendencia a la fantasía y a las
compensaciones, todo lo cual, proporciona un falso sentido de seguridad.

INTOXICACIÓN ALCOHÓLICA
Es una forma simple de sicosis que se produce en personas alcohólicas o no,
de temperamento histérico. Su cuadro clínico puede durar desde unos minutos
hasta un día completo. Se dan ciertos síntomas patológicos, pero desaparecen
con el tratamiento médico, el enfermo casi no recuerda nada y en poco tiempo
se reincorpora a la vida normal.

DELIRIUM TREMENS
Es la sicosis alcohólica más conocida por el público; de causas complejas a la
que contribuyen muchos factores anatómicos y fisiológicos como factores
metabólicos, disminución de la función antitóxica del hígado, falta de
oxigenación cerebral, incremento de los ácidos gástricos, deshidratación y
carencia de vitaminas del complejo B. Por lo general el delirium tremens aparece
a los pocos días d haber dejado de beber; sin embargo, en ocasiones se presentan
a las pocas horas de la interrupción de la bebida ya en casos avanzadísimos en la
enfermedad alcohólica. Se manifiesta principalmente por ilusiones y
alucinaciones.

ILUSIÓN: Es la mala interpretación de la realidad ambiente. El enfermo ve
por ejemplo una sábana que se mueve y cree que es un fantasma; oye una gota
que cae del lavamanos de su casa y cree que le está hablando e incluso
insultando, etc.

ALUCINACIÓN: Es una percepción sin objeto. El enfermo percibe toda clase
de imágenes fantásticas que solo tienen existencia real en su mente, proyectadas
en el ambiente físico. Por ejemplo, oye una sinfonía o selección musical, ve
animales (prehistóricos, insectos enormes, etc.), siente olores extraños en su
habitación, sabores desconocidos en la comida y puede creer que lo están
envenenando, etc. Las alucinaciones pueden afectar todas las percepciones y de
acuerdo con el sentido que afecten, así su nombre: visuales, táctiles, olfativas,
auditivas, gustativas…
Las alucinaciones adquieren una realidad impresionante que hacen vivir al
enfermo momentos de zozobra, casi siempre empiezan después de un
alcoholismo crónico de 3 o 4 años, y ante el desasosiego mental es imposible que
el enfermo pueda dormir. Por ejemplo, el enfermo ve que se acerca un enano
verde hablándole con frases amenazadoras y además lo pellizca.
El cerebro está por lo general inflamado, hay degeneración más o menos
marcada de las células nerviosas, daños graves en el cerebelo. Suele haber
hemorragias puntiformes y una especie de meningitis.
El delirium tremens tiene una duración que oscila entre los 3 y 10 días.
Durante el tratamiento jamás debe sujetarse al individuo por medio de una
camisa de fuerza, envoltura en sábanas, etc., porque ello puede ser mortal. Los
reincidentes casi siempre mueren de neumonía cardiaca.


SICOSIS DE KORSAKOF
Es una enfermedad que afecta al sistema nervioso y es de origen alcohólico.
Tiene una similidad sintomática con una parálisis general progresiva. El enfermo
de Korsakof padece de una deficiencia de vitamina B, principalmente tiamina y
niacina.
La consecuencia tiene una apariencia clara, pero en realidad se producen
pérdidas de la memoria principalmente para los hechos cercanos de su vida, por
ejemplo: ¿qué desayunó hoy? –no se acuerda; ¿quién le telefoneó? –no se acuerda;
¿Dónde puso el libro que estaba leyendo y cuál era el título del libro? –no se
acuerda, etc. Y sin embargo, si le preguntáramos por hechos que transcurrieron
hace 20 años, ¿Cuándo nació Mario, tu hijo mayor?, es posible que nos diga el día,
la fecha y la hora del nacimiento, y nos adorne con detalles cada uno de los
aspectos relevantes del acontecimiento. Pero al seguir la reincidencia en la
sicosis de Korsakof desaparece la memoria también para los objetos lejanos.
Nuestro enfermo es de humor jovial, pero casi no puede identificar a las
personas, hay ausencia de los reflejos rotulianos, y aparece un terrible dolor en
las piernas, principalmente en el curso que siguen los nervios. Se presenta más
en el sexo femenino que en el masculino, su duración oscila entre las 6 y 8
semanas, y casi siempre la recuperación es completa, a menos que haya
reincidencia las cuales causan deterioro de la memoria y, en algunos casos,
deterioros intelectuales, emocionales y éticos.

ALUCINOSIS AGUDA
Es un cuadro esquizofrénico desencadenado por el alcohol; se presentan los
mismos síntomas del delirium tremens, un tanto intensificados, las alucinaciones
auditivas más claras, y los enfermos son víctimas de un miedo terrible; las
alucinaciones o voces lo acusan de inmoral, homosexual, indecente y sucio; oye
disparos y ruidos amenazantes, alucinaciones olfativas o visuales. Es tanta la
desesperación del enfermo, que puede llamar en su auxilio a la policía, o
armarse en su propia defensa. A ello se debe que muchas veces causan
escándalos y hasta pueden matar a terceras personas.
Según el decir de los psiquiatras, sus conflictos son de origen homosexual, y
casi siempre su homosexualismo es del tipo reprimido; conscientemente hasta
llegan a ignorarlo; pero en muchos casos el alcohol contribuye a la satisfacción
de sus impulsos perversos porque, como hemos dicho, libera las inhibiciones, lo
cual le permite cometer actos homosexuales. Estos actos le producen después
sentimientos de culpabilidad, remordimiento, etc.; originando las voces que lo
insultan. Estas sicosis tienen una duración de unos cuantos días a un mes y en
casi cada recaída del enfermo se repiten con mayor dureza.

PARANOIA ALCOHÓLICA
Su origen sicológico, según investigaciones siquiátricas es de origen
homosexual reprimido. Empieza un delirio de celos y dudas de infidelidad de
parte de su esposa, es un ser desconfiado y se caracteriza por encontrarle
defectos a todo: sueña con sorprender a su esposa en el acto con el supuesto
amante (esta clase de alucinaciones revelan el impulso homosexual reprimido).
El pronostico es dudoso, casi siempre el enfermo continua con sus celos y
continua bebiendo al salir de cada reingreso al hospital. Lo más probable es que
termine quedándose como huésped vitalicio de un hospital siquiátrico.


SICOSIS DEPRESIVA
Es una variante de la sicosis maníaco-depresiva, desencadenada por el
alcohol. Se apodera del enfermo una inmensa tristeza, la cual puede durar por
meses. Si la persona es reincidente se van afectando los centros emocionales del
cerebro y se le desarrolla una melancolía crónica, o en otras palabras una
tristeza persistente.

SEUDOPARÁLISIS ALCOHÓLICA
Como su nombre lo indica es una falsa parálisis producida por el deterioro de
las fibras nerviosas; la persona puede quedar recluido en una silla de ruedas o
con los brazos inmóviles; se da un tratamiento de complejo B con acentuación de
B-12 y vitamina A. La recuperación al principio es casi completa, pero el
enfermo reincide, van quedando secuelas irreparables. Mentalmente se
presentan ilusiones y alucinaciones con acentuación del delirio de grandeza.

SICOSIS DELIRANTE CRÓNICA
Esta sicosis al principio presenta las características del delirium tremens con
acentuación de las alucinaciones auditivas; la persona oye voces por todos lados
que lo llaman o lo amenazan e incluso le ofrecen licor, si la persona obedeciera
las órdenes de la voz o voces. Cuando el enfermo no es multirecaído, las voces
son escuchadas fuera de la cabeza, y de repente se oyen cerca del oído y a veces
tan lejos que les cuesta escucharlas.
Se desarrolla un delirio persecutorio, el enfermo anda huyendo o
defendiéndose de sus enemigos poderosos casi siempre de ultratumba, etc. Esta
sicosis puede tornarse crónica y el enfermo queda recluido para toda su vida en
un hospital siquiátrico.


FASE 35 BEBER CON PERSONAS SOCIALMENTE INFERIORES
Con el afán de sentirse siempre superior busca la compañía de
personas que han caído totalmente en el fango moral y material, con
ellas hace recuerdos de sus buenos tiempos y se transporta al pasado; se
relaciona decididamente con drogadictos, delincuentes y alcohólicos
que han caído más bajo que él. Esta fase puede complicar su alcoholismo
contrayendo hábitos peores que el del alcohol y llegando a generaciones
y perversiones inigualables.


FASE 36 CONSUMO DE PRODUCTOS INDUSTRIALES
Esas mismas compañías de que hablamos lo inducen a ingerir
sustancias que no son preparadas especialmente para beber, sino que
son alcohol impotables y para usos industriales. Estas sustancias son más
fuertes que los licores autorizados por la ley y, desde luego, de un grado
de toxicidad a veces mortal.
En nuestro medio, los que han llegado a esta etapa beben ese
alcohol industrial impotable revuelto con otra clase de bebidas para
rebajarles la potencia. El alcohólico que llega a este extremo ya lo ha
abandonado todo y es una escoria social, habitantes ya del peor mundo
del infierno alcohólico y es casi seguro que el que llega allí no sale vivo;
están en un mundo aparte y se les considera tan desgraciados o más que
los leprosos de los tiempos bíblicos. Ellos mismos se aíslan en los
barrancos aledaños a las ciudades, por lo general ya no tienen nombre ni
apellidos, distinguiéndose únicamente por el apodo o sobrenombre;
hablan a medias palabras el idioma de las personas normales pus tienen
su propio léxico de suerte que cuesta mucho entenderles lo que dicen.
Prácticamente son libres porque ni la policía los desea para castigarlos,
los apresan sólo en casos de infracción al orden público o para llevarlos a
un hospital o a una clínica para desintoxicar. Son despreciados por la
gente en la calle, les niegan hasta el agua, los insultan o apedrean, sus
familiares los niegan como parientes, los médicos ya no los reciben en
los hospitales. Su clásica figura es desgreñada, de aspecto barbón, de
pelo sucio y largo; sus ojos son enrojecidos y sanguinolentos, piel de
color rojo y cenizo y de aspecto brillante, pies y tobillos hinchados, paso
inseguro y vacilante y en fin, la vida de este enfermo que ha caído en
el peor de los infiernos alcohólicos no es más que la autodestrucción
humana llevada al extremo más infame. Hasta aquí, que se sepa, los
únicos que han podido rescatar a estos hombres perdidos, son los
ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS, reincorporándolos a la vida normal en muchos
casos.


FASE 37 DISMINUCIÓN DE LA TOLERANCIA AL ALCOHOL
El organismo se va minando y ahora el enfermo se embriaga y
llega a la impotencia física y mental con poco alcohol que consuma.
Pasan el día con dos o tres traguitos de alcohol, cuando antes
necesitaban botellas enteras. El organismo sigue minándose a ritmo
acelerado hasta terminar en un deshecho físico.


FASE 38 TEMORES INDEFINIBLES
Su vida síquica está totalmente enferma y destruida, ahora
aparecen las fobias o miedos indefinidos, a veces por motivos irreales
casi siempre alucinatorios originados en las ideas delirantes propias de
su delirio de persecución social. Sufre sobresaltos y dudas. Pierde la
noción del tiempo. No puede distinguir si está viviendo el pasado o el
presente. Le teme al futuro: cada día que llega cree que es el último y
maldice su existencia y la de todos. Ya para esta época ha desarrollado
un odio constante hacia la sociedad y por ello cada momento cree que la
misma lo va a castigar, viviendo momentos de terror y miedos
acentuados por su angustia, culpabilidad y remordimiento.


FASE 39 TEMBLORES PERSISTENTES
En su camino hacia la muerte, meta de su autodestrucción total,
el sistema nervioso del alcohólico depende del veneno que bebe, así es
que cuando le falta, lo pide en medio de gritos y temblores persistentes,
pues anatómicamente los nervios han perdido su capacidad de estar en
reposo, aparecen calambres que no son otra cosa que corto-circuitos
nerviosos y todo este infierno personal no se calma sin el auxilio del
alcohol, que una vez ingerido, tiende a empeorar las cosas.


FASE 40 INHIBICIÓN SICO-MOTORA
El funcionamiento del sistema nervioso va decayendo, pues,
según algunos estudios, se van creando centros de irradiación inhibidora
en la corteza cerebral, ya sea por causas emocionales o físicas.
El alcohólico no puede apretar una tuerca, o simplemente
abotonarse la camisa porque sus movimientos han perdido la
coordinación y su voluntad ha perdido el control de sus nervios y
músculos que ahora se encuentran embotados. En esta etapa aunque el
alcohólico deseara trabajar no puede, su sistema nervioso no se lo
permite.


FASE 41 LA INGESTIÓN DEL ALCOHOL TOMA UN
CARÁCTER OBSESIVO
Llegado a este punto el alcohol se ha apoderado definitivamente
de la mente del enfermo de modo que su ingestión debe de ser
constante e ininterrumpida, como una gota perenne. Al no poder
prescindir ni un momento del alcohol, se expone a humillaciones de las
más grandes por conseguirlos; si tiene fuerza aún, lo roba, pero él no se
queda sin su dosis, la tiene que conseguir como sea porque su menteobsesiva
le martilla que así debe ser, y aunque esté vomitando el alcohol
y ya no le quepa, sigue ingeniándose para conseguir como comprarlo y
tomarlo mientras esté despierto. La angustia es tan terrible que no le
permite pasar un momento consciente.


FASE 42 VAGOS SENTIMIENTOS RELIGIOSOS
Gran porcentaje de los casos desarrolla un vago sentimiento
religioso, cambia la religión o visita una iglesia o capilla con el propósito
de encontrar un oasis espiritual para su alma enferma. Pocos, pero muy
pocos, se salvan siguiendo métodos religiosos por sí solos. Otros han
perdido la fe completamente en su religión e ingresan a la Masonería, a
los Rosacruces o a organizaciones seudo científicas o astrológicas, o a
sociedades espiritistas en busca de alivio pero lo más seguro es que no la
encuentran. Algunas de estas agrupaciones son magníficas para otro tipo
de personas pero no para el enfermo alcohólico.


FASE 43 TODO EL SISTEMA RACIONALISTA SE QUEBRANTA
Llega el momento en que sus razonamientos o pretextos son
objetos de pruebas tan duras ante la realidad, que el mismo enfermo
comprende su triste estado y se encuentra en un callejón sin salida.
Algunos podrían aceptar su enfermedad alcohólica, pero otros muchos
todavía no lo aceptan. Si se le pregunta por qué bebe, luego de falsos
pretextos iniciales como al principio de su carrera alcohólica, terminaría
respondiendo que no sabe por qué, que no le queda casi ninguna de lo
que es su alcoholismo y se resignan a él. Su fin está cercano y reconoce
la verdad de la ruina material de los pocos despojos orgánicos que
constituyen su cuerpo.


FASE 44 HOSPITALIZACIÓN DEFINITIVA
Si tiene la fortuna de ser aceptado en un hospital, allí pasará sus
últimos días. Según las estadísticas médicas un alto porcentaje de
alcohólicos fallecen de cirrosis hepática complicada con otras
enfermedades que han ido desarrollando y a las que están predispuestos.
Lo cierto es que al final mueren abandonados de la sociedad y en el
peor de los desprestigios.


FASE 45 PERDIDA DE LA VIDA
La última FASE: al alcohólico lo espera la muerte en un
hospital, en un manicomio o en la calle por un accidente o muerte
violenta debido a los peligros a que se expone. Algunos terminan sus días
en una cárcel por delitos cometidos bajo los efectos de la embriaguez.
Hoy en día se recomienda a las personas que tienen problemas
con la bebida asistir a los grupos de ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS, una
organización que ha demostrado tener éxito en detener la enfermedad
alcohólica. Y hablamos de detener la enfermedad, pues su curación
propiamente dicha, es imposible. Ninguno que haya pasado de la FASE
8 en la tabla de la alcolomanía podrá volver a beber normalmente.